Lotería ganada, dinero en la cuenta: Guillermo emprenderá su gran negocio.
Inauguración: gran vestido, incontenible felicidad.
En su mano, la escultura: una flecha-falo atraviesa sugestivamente la húmeda manzana roja. El logo de su establecimiento. Símbolo de las dos pasiones más grandes de su vida. Los asistentes pasmados, intrigados, dispuestos a gastar.
Y así Guillermo develó su innovador negocio: con una cuerdita quitó la manta blanca que cubría el letrero principal: “Academia de arquería y de amantería, Chez Guiller Motel”.
Primeras críticas de los movimientos feministas: más publicidad.
¡Tarán!
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