terça-feira, 16 de dezembro de 2008

THE MYSTERIOUS WAYS OF LORD... (BASADO EN UNA HISTORIA REAL)

Una libélula coyaimuna aferrada a un banano. Se lo quiere llevar a casa para garantizarle el desayuno a sus doscientas cincuenta y siete hijitas. Dos moscas pasan y la miran. Se ríen de ella sin ninguna vergüenza, abusando de la buena suerte que las acompaña.

-¿Y por qué mejor no me ayudan?
-Y por qué mejor no te callas, ¡¡¡¡estúpida!!!!
-Qué groseras son... Si también hay para ustedes.

Las moscas se miran con sus ojos fractales y susurran entre ellas:

-Pues esta es más grande-
-Con que ella bata esas alotas...
-Nosotros le ponemos la dirección-
-Lo direccionamos, ¿bien?
-Pero ¿no será una trampa?
-No, idiota, es coyaimuna.

Las moscas se acercan y comienzan la labor. Fracasan. Un banano no puede ser movido por dos moscas y una libélula coyaimuna. Firman la declaración. Las moscas se alejan rápido, antes de que el hambre apriete y la suerte cambie.

-¿Quieres banano, hermanito?
-No, hermanita, bótalo ahí en la alberca.
Una mano de niña humana levanta el banano… para dejarlo luego abandonado en la casa de la libélula y sus 257 hambrientas muchachitas. Que no saben que hacer con semejante regalo divino. Las moscas, refugiadas y con binóculos, ríen[1].

[1] Libélula coyaimuna (anisóptero murens): familia extremadamente particular del orden de los Odonatos, suborden Anisóptera, que se caracteriza por mostrar grandes falencias en el desarrollo de su instinto de supervivencia. Uno de los rasgos más comunes y peculiares es la “confusión” de sus hábitos alimenticios. Endémica de las regiones cálidas del centro de Colombia. Las libélulas (odonatos) son predadoras, entre sus alimentos favoritos se encuentran las moscas, no los bananos.

SAMBA, SAMBISTA

Para Lê com todo o amor da vila...


Numa tarde de sol pleno as idéias florescem e o escritor, mochila ao ombro, vai pra praia pra se alimentar, mas a folha não quer ser escrita, aproveita o vento do sul para fugir incansável da mão que com caneta pronta insiste em domá-la e fazê-la canção.

Eu vi.

Então o velho volta, resignado, para descobrir que a sua casa não é mais sua casa, é tudo shopping e ilusão, e que numa roda de samba 6 garotinhos brancos cantam a canção que ele (jamais) escreveu.