segunda-feira, 16 de abril de 2012

arcoíris subcutáneo: cuadro infeccioso

A donde llegaste se inundan por encima y por debajo las calles del puerto
De donde te fuiste el sol se derrama como una goma entre las ramas trenzadas

El caballear de tus gemidos se quedó pegado a la corteza-espuma del árbol morado
El palpitar de los cabellos solsticios me saltó entre las barbas cuando bebía del rio- negro
Soy un camello lamiendo en mesas de sequía la baba que de tanto revolotear dejaste en cada rincón del costillar

Y todo es así: 
una vaporosa bahía al sur del espectáculo
espejos aterciopelados en la lengua de la cara-de-cabrita
jardín florecido es azul de blancos gozos y lo mucho que bañarás tus patas traseras
darqui tan suavecita
una lluvia gruesa me recuerda la sonrisa perdida tras las noches de caza
monumentales parajes que se hicieron por la primera vez para vivir en nuestros párpados

Ese fruto mamífero con exoesqueleto, como un coco alado que de mis leches se alimenta y llora única lágrima  /plagada de sudor
Esa luna llena en tu piel, rojita y encorazonada, me guarda entre constelaciones y sueños de noche larga.



No sé si aleteas como un pez o como una gaviota nadas entre el aire frío sobre la montaña
Y sin embargo es verte trepar los años lo que quiero, recibir de tu pico, de tu rabo, los moluscos escarchados /que crecen.

A donde llegaste estaba el caimán afligido bajo el eterno tiroteo de sus angustias
De donde te fuiste la carne maltrecha trajiste, las heridas, los cansancios, el temor que nunca fue el de /descolgarte de la más alta de las montañas.

Pájaro eres. Jinete.
Lo que hicimos es esta vibración xinguana
Lo que tenemos es nasalidad de onda corta. Las respiraciones bajo la cascada.
Cosas que saben ser.