terça-feira, 15 de julho de 2008

ACADEMIA “EL PASTOR OVEJERO”

“Ansí que a esta mariposilla importuna de la memoria,
aquí se le queman las alas, ya no puede más bullir.
La voluntad debe estar bien ocupada en amar,
mas no entiendo cómo ama;
el entendimiento, si entiende, no se entiende cómo entiende,
al menos no puede comprender nada de lo que entiende:
a mí no me parece que entiende;
porque, como digo, no se entiende:
yo no acabo de entender esto”.
Santa Teresa de Jesús. Su Vida.


ACADEMIA “EL PASTOR OVEJERO”

A la vanguardia de las mejores estrategias de mercadeo y retomando nuestras más hondas tradiciones y valores...

Cuando el escéptico Juan llegó a la ciudad, después de varios años de exilio y los abandonos consecutivos de sus dos consecutivas esposas, salió a dar una vuelta para reconocer las que habían sido las calles de su infancia.

Terriblemente sorprendido por lo que encontró, y antes de dar rienda suelta a sus interminables especulaciones, decidió entrar y preguntar.

-Buenas tardes doña, ¿cómo le va? Hágame un favor, ¿por qué su tienda se llama así?

-Así cómo, ¿joven? -preguntó un poco ofendida la tendera...

...transformando los peores temores de San Agustín en armas poderosas contra el demonio, escuchando los secretos que aún palpitan en los confesionarios de los conventos de clausura...

-Así: Cigarrería La oveja # 23.

-Ahhh, ya le entiendo... pues porque la 22 la tiene don Luis.

-Sí, claro, pero por qué La oveja, como otras 47 en toda la ciudad...

-50 -aseguró ofuscada-. Somos 50.

-Pero ¿por qué La oveja?

-¡¡¡Joven, no intente embaucarme, si no va a comprar nada sálgase por favor!!! Me va a espantar a la clientela.

... La Academia El Pastor Ovejero anuncia la inauguración de su línea de profundización “Esclavas del Señor”.

Juan se alejó y comenzó a indagar en las otras: la 18, la 9, la 45. Pero las reacciones eran parecidas, hasta que él mismo se alteró y, gritando, le reclamó al tendero de la 31. Sin dudarlo, el buen señor propietario sacó un revolver y llamó a la central.

Consternado por el poder de lo que, supuso, sería una multinacional de las tiendas de barrio, optó por dejar el asunto así. Serían los nuevos giros del capitalismo. Hasta que, siguiendo con su paseo por la ciudad, encontró La Oveja # 1. Cuando se disponía a entrar y preguntar, fue encandelillado por una intensa luz purpúrea que venía desde el edificio contiguo. De repente, y sin saber muy bien cómo, se encontró en el interior de dicho inmueble. Un agradable pasillo con puertas de lado y lado que se le antojó universidad o colegio.

Sin embargo, su camino fue interrumpido por una hermosa mujer de falda larga y tez sin maquillaje con la que entabló automáticamente alguna interesante conversación. Juan, el escéptico, y su nueva amiga cruzaron la calle y se alejaron caminando por el andén. Antes de voltear en la esquina, él miró discretamente la puerta del edificio y leyó: Academia “El Pastor Ovejero” innovaciones metodológicas al servicio de El Señor.

Formamos aquí mujeres dedicadas, inteligentes, consagradas a hacer de sus cuerpos el camino de alabanza al Señor, encomendadas a la difícil misión de encontrar y elevar las mejores almas.

Seis meses más tarde, después de recibir su título como Pastor Junior, el hermano Juan decidió proponerle matrimonio a Sara, la mujer que había conocido aquella noche frente a su amada Academia. La celebración fue doble: el “SÍ” de Sara, y la inauguración de lo que fue el resultado de su tesis de grado – “laureda por su innovación metodológica en la distribución de La Palabra”-: la novedosísima y gran cigarrería: “La oveja # 63”.


¡¡Nada de sermones panfletarios, la mejor oración es el éxtasis místico!!

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