terça-feira, 20 de abril de 2010

la hora que llega

ahora es bogotá:
un parque con el pasto frío
no importa cuan sol...
el pasto estará siempre frío.

Ahora es el silencio:
las guitarras mal afinadas
y la vieja batería
que lo sabía todo.

ahora es dormir:
caminar entre pandemonios
y la guerra mundial
de cada día en mi cabeza.

te juro que un día pasará.

Bogotá es la del cielo azul
la de la lluvia en el rincón
mi alfombra encrespada
la siempre húmeda

El mar cae del cielo
y los mocos donde
restos de anarquista
florecen.
me gusta pensar
en esa ciudad
a lo lejos
con el cuerpo
feliz
entre el mar septentrional.

ahora es el amor:
otra y siempre vez
con el peso bueno de los cabellos grises
con la piel robusta
colorida
infantil
y el corazón más horno
menos bomba

ahora es el mundo:
silente y bogotano
de fronteras quebradizas
de viajes más largos
de rabias sin culpa
el dedo chiquito de tu pie izquierdo
en la selva
cada árbol es un camino
cada estrella...
cada rastro...
saber cual?

escribo mi pan de cada día
golpe de cobre en la nariz-baqueta
verso disfuncional
o punto y coma los fríjoles de Guilherme
y tu carta de compasión
democrática y ecológica.

Y no abrir la boca
para cosa distinta de un brownie.

(ahora sí comienzo a trabajar).

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