Hay un riel bajo el navío
Madera pesada, provisiones largas
Las ruinas de un imperio, la cabeza del rey
Del horizonte brota
Sus luces azules nos fascinan
Su bandera, sus armas ensangrentadas
Ella, al comando urgente
La resaca de las tormentas aún la asusta
Aún restos de enemigos, de profundidades submarinas
Aún restos de ira, carne acorazada
Estamos siempre emergiendo,
siempre volviendo a respirar.
A la distancia
Ve en nuestro motor una hoguera.
Marca el rumbo
Sé lo que es la guerra.
Este navío, también cabaret a la deriva,
también playa
también jetski,
desesperada industria en mar abierto,
guarda bajo sus luces un saber letal.
La tripulación se reúne,
abre una ventana para la brisa.